Artículos
10 de Agosto del 2020

Colisión Múltiple

Autor: Juan Carlos Ramírez Larizbeascoa
Parlamentario Andino
República del Perú

Colisión Múltiple

La actual pandemia es solo un evento secundario, que está ocultando otro evento de mucho mayor impacto en la humanidad. Este evento creciente es una colisión entre generaciones que no tiene precedente. No lo tiene porque, como el tiempo es una Espiral de Arquímedes, da la impresión de que fuera circular, pero no lo es, en cada giro crece exponencialmente.

El factor de crecimiento en el siglo XXI es sin duda el, también exponencial, crecimiento de la tecnología virtual. Esto es, desde la más primitiva internet universitaria, hasta el más pavoroso nivel de Inteligencia Artificial. Si uno observa más detenidamente los sucesos más públicos encuentra un enfrentamiento que sigue los patrones clásicos: Los cuarentones enfrentándose a los sesentones (desde Hitler contra Hindenburg hasta Pérez contra Chavarry). Pero la novedad es que ahora, en estos tiempos, los millenials, que son básicamente treintones, se enfrentan a los cuarentones y los atacan por la espalda. Junto a los treintones millenials se han sumado los veinteañeros, que combaten todos por ser tendencia y volverse virales en cualquiera de las redes, preferentemente Instagram y Twitter.

En toda esta lucha generalizada por ser famoso, aunque sea suicidándose desde un precipicio, en un selfie para que mis últimos segundos de vida sean virales, intervienen otros entrantes a este circo romano de innumerables pistas. Estos entrantes son los colectivos LGTBIQ, que aunque tengan letras que van juntas, no se consideran iguales ni se perciben equivalentes. Eso si, atacan en conjunto a cualquiera que parezca tradicional, desde los que tienen tradiciones galleras hasta los que creen que Dios hizo al ser humano mujer y hombre, y nada más.

Pero, hay un letal actor, normalmente silente, en estos torneos. Un actor que sorprende a todos los demás, porque su ataque no viene de la retaguardia, viene de la vanguardia. A la bayoneta (que es silente), con efectos terribles (como los de la bayoneta).

Este actor es el Hacker

Un Hacker (sombrero negro, blanco, rojo o del color que se quiera), tiene entre 12 y 18 años en su ventana más productiva, luego su nivel pasa a una especie de gerente administrativo de otros hackers, pues la velocidad a la que avanzan los lenguajes como Python, las variaciones al Java o C++, o los avances en la red TOR o en FREENET, hacen que cualquier ser humano quede obsoleto cada vez más rápido. Por lo tanto, la vida del hacker activo es cada vez más corta. Y por eso más letal. Como la de un sicario infantil.

Hace poco me comentaba uno de los Directores de Educación en Asunción, Paraguay, que el nivel de conocimiento de pornografía que tenían los niños de cinco años de los nidos y kindergartens en su país era inconcebible. No sabían como accedían estos bebes a esa información, pero accedían, y con bastante capacidad navegaban y compartían. Lo hacían a través de los celulares del hermano, los padres, las tablets que les dan para tenerlos entretenidos, y otras vías que no se le ocurren a un adulto. Bebes de cinco años.

Imagínese lo que estos bebes manejarán en 3 ó 4 años más. Hackers de siete u ocho años, para los que los de 12 ó 18 años serán verdaderos ancianos. Este es el asalto a la bayoneta del futuro sobre el presente. La colisión más formidable, nunca vista en la historia de la humanidad. Las luchas intergeneracionales de jóvenes contra viejos, o las políticas de izquierdas y derechas, o de modelos mentales de temas de género, serán en muy poco tiempo recuerdos históricos; cuando bebes aliados a la Inteligencia Artificial, terminen con todos.

Fotografía: hyaip.com