Electroshock

La actual y vigente crisis económica mundial es muy normal. No es la primera ni será la última en un sistema que si fuera orgánico se asemejaría a un movimiento de sístole diástole permanente. Es evidente que a un crecimiento desmedido y descontrolado, como el ocurrido desde el 2002 hasta agosto del 2008, le seguiría un descenso igual de desmedido y descontrolado, con gigantes quebrando y empresas y empleos muriendo.

La diferencia es que, esta vez, hay alguien dispuesto a intervenir en el momento esperado de la agonía, por la vía de aplicar electroshocks y evitar la muerte y resurrección programadas por el invencible destino para un sistema basado en la pura avaricia. Ese médico resucitador es el Gobierno de los Estados Unidos, que, aunque sabe que no puede evitar la muerte, sí espera acelerar la resurrección. Y para ello, efectivamente, está aplicando un sistema tan igualmente electrónico como el del electroshock...