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22 de Diciembre del 2021

La importancia de la educación, o porqué un Talibán es Talibán

Autor: Juan Carlos Ramírez Larizbeascoa
Parlamentario Andino
República del Perú

La importancia de la educación, o porqué un Talibán es Talibán

Es de consenso universal que la educación es uno de los pilares del desarrollo, y nuestros países andinos no son la excepción. En medio de otros factores importantes, la educación es clave para el desarrollo, pero es aun más clave en la instalación de la identidad. La identidad de una familia, un grupo, una nación o un conjunto de naciones.

Como ejemplo actual y visible de la potencia de la educación vale la pena estudiar el fenómeno Talibán (que es el plural de Talib, palabra para definir justamente estudiante en árabe-pashtun). Los Talibanes son un producto de la agitada historia afgana desde que era una monarquía en los setenta, un estado comunista en los ochenta, un caos tribal y talibán en los noventa, un lugar intervenido por Estados Unidos entre el 2001 y el 2021 y es de nuevo, hace un mes, un Estado Islámico Radical bajo la égida Talibán.

¿Porqué la educación tiene que ver con la potencia Talibán? Porque la historia contada en el párrafo anterior generó en diversos momentos éxodos, básicamente de mujeres y niños, a las fronteras de Afganistán y a Pakistán. En estos lugares existen las Madrasas, que son templos-escuelas, en donde se predica sostenidamente las creencias de la secta Deobandi, una secta radical islámica.

Esos niños de las migraciones masivas, sobre todo de los noventas, son los hombres de 35 a 45 años que hoy día llamamos Talibanes. Solo su ejército regular tiene 200,000 hombres. Este cuerpo social está sólidamente unido, no solo por sus creencias religiosas, sino por el sistema educativo de las Madrasas, que ha conseguido que se identifiquen todos con unas ideas que los integran como si los hubieran fabricado en serie, como expresaba Pink Floyd en su canción Another brick on the Wall.

El sistema de las Madrasas es de una potencia que puede verse en el convencimiento y la conducta de los talibanes. Están por completo inmersos en sus creencias e ideas, y es imposible sacarlos de ellas. En este punto hay que reconocer que, así como se pueden instalar dogmas, se pueden instalar paradigmas o modelos mentales liberales, democráticos o de cualquier índole. No es el contenido lo que manda, sino el sistema de instalación, que es justamente el sistema educativo.

De aquí el llamar la atención sobre la sideral importancia del sistema educativo. Como vemos, el sistema de las Madrasas es capaz de producir seres humanos cuya afiliación y filiación a las ideas que imparten es total. No hay manera de intervenir en aquella sólida pared de conceptos y cumplimiento de lo aprendido, que además es compartido por muchos otros estudiantes. Esta educación centrada y masiva es de una eficiencia que salta a la vista, son capaces de derrotar a Inglaterra, la Unión Soviética, Los Estados Unidos y una serie de enemigos menores que han tenido a lo largo de su historia.

Como se dijo anteriormente, la educación es un instrumento, que particularmente en la infancia y adolescencia marca a fuego la conducta y la actitud que tendrán luego los estudiantes. Nótese que se ha mencionado la conducta y la actitud, que son previas y aun más importante que la aptitud.

Si se consolidan, como es el caso de los Talibanes, en primer lugar la conducta y la actitud, instalar luego la aptitud es mucho más fácil y eficiente.

No nos parece que la ideología Talibán sea ni recomendable ni adecuada, ni siquiera humana. Pero no se trata de lo que el sistema educativo ha producido en ellos, sino de la potencia que tiene todo sistema educativo, si se planea y se instala con inteligencia y perseverancia.

Fotografía: pinkfloydthewall.it